Pues bien, después de una pausa en el blog de más de un mes, vengo a deciros que sigo viva. Estoy ahora mismo desbordada de trabajo y no tengo ni tiempo de rascarme la cabeza. Aún así, quería hacer un balance de lo que ha sido este 2019 y dejarlo por escrito en el blog. Ha sido un año que lo definiría como intenso en muchos aspectos, tanto en lo profesional como en lo personal. He dibujado mucho, más por trabajo que por placer, eso sí, y el resultado se ha visto en los libros que han salido este año y se verá en los que están por llegar. Me centraré más en el trabajo, que al final este blog va de eso, pero también en algunas cosas personales que pasaré a comentar más abajo.
Libros
Este año ha venido con unos cuantos libros debajo del brazo. En abril se publicó Ana está furiosa, mi primer Barco de Vapor. He crecido con estos libros y ha sido todo un lujo ilustrar uno, y además con texto de la enormísima Christine Nöstlinger. En mayo también salió Mamá, este cuento es para ti, de la mano de Zenith Libros. A finales de agosto también se publicó El Tren Blau, en Cruïlla, con texto de Marta Dujovne. Por último, el tres de octubre salió Rapunzel con piojos, publicado por Anaya y con texto de El Hematocrítico. Este último me ha traído unas cuantas sorpresas, pues salió a la vez en castellano, catalán, gallego y coreano, fue número uno en ventas en Amazon de Corea del Sur, ya se ha hecho una segunda edición en gallego…
Y para este 2020 ya puedo adelantar que saldrán unos cuantos libros más, entre ellos un nuevo libro con Hematocrítico, esta vez con Caperucita de protagonista, y hasta ahí puedo leer. También me gustaría hablaros de otro libro, pero de momento con ese me muerdo la lengua.
Exposiciones
Este año he participado en tres exposiciones, una individual y dos colectivas. Enero comenzó con la inauguración de Animaladas en el Estudio 64, en el barrio de Benimaclet (Valencia). Os cuento más de esta exposición en esta entrada. Algo más tarde vino la segunda edición de Valencia se Ilustra, en donde en febrero se expuso mi contribución en Rivendel Restobar, y en mayo fue la principal, que reunía ambas ediciones, en el Espai Rambleta, con un total de 36 artistas. En septiembre participé en la exposición homenaje a Chavela Vargas que organizó el Atomic Art Fest. Y ahora mismo, y hasta el día 6 de enero, podéis ver la exposición Trazos en femenino en el Restaurante Oslo, en donde 15 ilustradoras de Valencia tenemos obra expuesta y láminas a la venta (en mi caso, tengo un par de láminas de gatetes). Y también en el Centre del Carme Cultura Contemporània está, hasta el 2 de enero, la exposición Babalunga i Kamolongos, en donde he tenido el honor de ser seleccionada con una de las ilustraciones de Rapunzel con piojos, y en donde está muy bien acompañada por el trabajo de un montón de ilustradores a los que admiro.
Entrevistas
Lo confieso: le tengo pánico a hablar en medios porque pienso que no lo voy a hacer bien, que no sabré qué contestar, que voy a quedar como si fuera idiota… ¿Y sabéis lo que a mí me funciona para quitarme ese miedo?. Pues sí, lanzarte de lleno a la piscina y decir que sí a todo. Así que este año me han entrevistado unas cuantas veces en la radio, en programas como El Ojo Crítico de RNE1, y en Animalades, de À Punt Ràdio. Además esta última fue en valenciano, me inventaba palabras y expresiones todo el rato pero oye, salió bien y todo.
Blog
A finales de mayo me propuse que de cara al nuevo curso le daría movimiento al blog actualizando una vez por semana, y este verano lo fui desarrollando. Me animé a hacerlo porque muchas veces, por mensajes de Instagram, la gente me pregunta dudas, me consulta, etc… y creo que dejar ciertos temas por escrito en un mismo lugar puede resultar útil. Podría hacer lo mismo, o parecido, como publicación en redes sociales, y hasta llegaría a más gente, pero con los días se perderían y prefiero que quede todo recopilado en un blog.
Desde septiembre la idea era actualizar todos los martes, y en principio iba bien, pero hacia final de año he empezado con los picos de trabajo y me está resultando imposible llegar a todo, así que lo he tenido un poco abandonado. Espero ser más constante en 2020. Aún así, han sido 18 entradas contando esta.
Becarias
Pues sí, lo digo en plural porque desde mediados de septiembre hay chica nueva en la oficina, no se llama Farala pero es divina (esta frase me da puntos de viejunez). Todo empezó con el típico caso de perrete en adopción que te llega por whatsapp/redes sociales. Le llegó a mi chico, que le encantan los perros, y yo ya estaba desde hace tiempo con la idea de adoptar un amigo para Tiza. Lo idóneo sería otro gato para que ella interactúe con otro de su especie, pero dudo que Tiza lo aceptara, y pensamos que con un perro sería más fácil al ser otra especie.
Después de hablarlo, nos pusimos en contacto con la protectora, que era de un pueblo de Albacete, y entonces comenzaron los trámites, y hasta el día de hoy. Ya ha aprendido a que tiene que hacer sus cosas fuera, y lleva mejor lo de pasear con correa. No sabemos nada de su vida anterior, pero por como vino deducimos que se crió encerrada en un mismo lugar en donde comía, dormía y hacía sus cosas, y también creemos que no la paseaban.
En cuanto a Tiza, todo en orden, aunque no acepta del todo a Púa. Le bufa cuando la ve, la observa de lejos, a veces le levanta la pata avisando de que le va a cascar… Pero en el fondo se entretiene con ella. También he de decir que cuando sale a la terraza o tiene alguna distracción no le presta tanta atención a la perra.
Este año tuve un susto, y es que había un poco de bicarbonato en un cajón y se metió dentro en un despiste mío. Quedaron restos de haberlo limpiado para eliminar ácaros y debió respirarlo. Al rato vomitó como nunca, en modo aspersor, y tenía episodios de estornudar varias veces seguidas, echar mocos, y se le pusieron los ojos llorosos. La llevé a la veterinaria y resulta que fue una reacción alérgica, nada que no se arreglara con un pinchazo. La pobrecita mía estuvo bastante fastidiada ese día y venía a pedirme amor porque se sentía mal, por suerte al día siguiente estaba de nuevo como una rosa. Así que si tenéis gatetes llevad cuidado si hay bicarbonato a su alcance porque muy bueno no es.
Tiza sigue siendo la reina de la casa y hace esas cosas de gato que la hacen especial para mi. Me sigue dando los buenos días por la mañana, a veces duerme conmigo, se me sube encima de las piernas mientras trabajo, me pide comida a su manera, rasca las puertas de los armarios, tira cosas de la mesa, muerde plantas… Es mi querida hater blanquita y suave, y eso para mí la hace un ser único y marvilloso.
Familia
Aquí no quiero extenderme demasiado ni dar muchos detalles, pero abril me dio un buen susto y volvieron a visitarme los fantasmas que se instalaron en mí años atrás. Por suerte, no fue nada de eso y todo quedó en un susto durante unas semanas que se me antojaron eternas. Septiembre/octubre también fue otro sinvivir, pero de eso ya no me quiero acordar porque finalmente acabó bien. Y después de todo esto, me quedo con lo mejor de este año sin ninguna duda, que ha sido el ser tía de una niña preciosa a la que espero mimar y malcriar mucho.
Datos irrelevantes
Sé que lo estabais deseando, queréis que cuente cosas que en apariencia no tienen importancia pero que en el fondo es lo que más os interesa de esta entrada. Si es que mira que nos gusta el salseo… Ahí van los datos que a nadie le importan:
- En septiembre empecé a hacer cerámica. Al final, entre que es un proceso lento y que he faltado a algunas clases todavía no tengo ninguna pieza por casa. Pero oye, que me está gustando bastante y ahora de cara al nuevo año quiero terminar lo que tengo a medias y enseñarlo.
- En casa hemos pasado de ser Tiza y yo a ser cuatro.
- Este verano hice mi primera paella (o arroz con cosas, según se mire). Salió comestible. Un par de meses más tarde me animé a hacer otra pero me quedó peor.
- Como ya viene siendo tradición todos los años, he vuelto un verano más al Low Festival.
- Las plantas de dentro de casa han menguado por una plaga de trips que tuve. Se me fueron a la porra una alocasia, dos marantas, la planta del dinero que estaba enorme, un par de helechos, una palmera de salón, y unas cuantas más. Probé a combatirlos con un remedio casero que me recomendaron a base de jabón potásico, aceite de neem y vinagre, pero no les hizo ni cosquillas. Ahora ya sé que antes de que venga el calor tengo que empezar a tratarlas para evitar nuevas bajas. Por lo demás, las de la terraza están todas enormes y casi no hubo bajas este verano.
- Al fin he empezado a colgar cuadros encima del sofá, que ya iba siendo hora. De momento sólo he puesto tres, me queda sacar un hueco para arreglar y pintar algunos marcos y seguir colgando. Me he propuesto apañar un poco la casa a principios de año, cambiar distribución, decorarla mejor…
- Vale que empecé a finales del año pasado, pero he empezado de nuevo a usar más pendientes. Llevaba años sin ponerme porque no tenía por casa ningún par que me gustara, o que me identificara con ellos. Ahora vivo enamorada de todo lo que hace Cristina de Now or Never Jewelry y me he hecho con unos cuantos. También me encanta todo lo que hace Mitumi Joyas y este modelo y este otro de Chuic Shop.
- No me he ido de viaje a ningún sitio remoto, pero he desconectado de vez en cuando, como en febrero que me escapé a Madrid a ver a amigos, o este verano que me pasé varios días por mi pueblo y alrededores ejerciendo de guiri. También he ido a la Albufera bastantes veces a ver aves, y este año he descubierto la Marjal dels Moros. En una tarde de agosto, y desde lo alto de un observatorio, pudimos ver un calamón, un martín pescador, un martinete y su hijo buscando donde dormir, una garcilla cangrejera y una pareja de garzas imperiales que sobrevolaban la zona, se posaban, volvían a alzar el vuelo… todo eso en menos de 10 minutos. Esa tarde tuvimos suerte.
Y, en resumen, esto sería lo que me ha traído este año que ya se va. Mañana ya estaremos en 2020, espero que se porte bien. Os dejo una canción que se ha convertido en escucha imprescindible el último día del año desde hace ya una década. Si me estáis leyendo, espero que tengáis una buena entrada de año, ¡feliz 2020!.