9 maneras de ganar confianza como artista e ilustrador

Mostrando mis dibujos de gatos para ganar confianza como artista

Te encanta dibujar y desearías, algún día, poder comunicar ideas y conceptos en libros, carteles, estampados, packaging, o en productos que vendas en tu propia tienda. Pero sientes miedo de lo que otros puedan pensar de tu trabajo. Crees que no eres bueno, andas comparándote con los demás constantemente, sientes que no eres suficiente… ¿Te suena todo esto?, porque a mi sí, ya he transitado ese tenebroso camino. Si estás leyendo esto y te has identificado, sigue leyendo porque voy a darte algunas claves y herramientas que podrán servirte para ganar más confianza como artista e ilustrador y poder abrirte camino.

¿Por qué es importante ganar confianza como artista?

Sencillo: si no crees en ti y en que seas capaz de convertirte en ilustrador, ¿quién lo hará?. Tendrás muchas cosas en contra y momentos bajos y necesitarás tener confianza para seguir adelante. Las personas creativas podemos ser muy inseguras en lo que respecta a nuestras creaciones. Tanto, que podemos llegar a perder oportunidades, e incluso dejar de dibujar, porque no nos creemos lo suficientemente buenos.

Tener confianza es uno de los pilares fundamentales para tu desarrollo artístico. Cuando confías en tu trabajo artístico y habilidades, te animas más a experimentar, buscar tu estilo y expresar tu voz. La confianza te animará también a navegar por los bloqueos creativos, manejar las críticas y compartir tu trabajo con el mundo con total seguridad.

A mí me ha costado la tira de años llegar a tener esta confianza y creer en lo que hago, aunque de vez en cuando también tenga mis momentos bajos, pero nada comparable con cómo me sentía hace unos años. Así que veamos de qué manera podemos ganar confianza como artista e ilustrador:

9 maneras de ganar confianza como artista e ilustrador

1 – Superar el síndrome del impostor

síndrome del impostor, máscara, síndrome del impostor en ilustradores,

Y es que todos llevamos un impostor dentro que, a veces, asoma para hacernos la puñeta. Supongo que ya sabrás lo que es, pero si no, tengo una estupenda entrada donde te cuento qué es el síndrome del impostor. Resumiendo, digamos que viene a ser ese pensamiento de que tus logros se deben a un simple golpe de suerte y que en cualquier momento se descubrirá el fraude que crees ser.

Tener cierto sentimiento de duda no tiene por qué ser malo de por sí. Puede ser un empujón para impulsarte a mejorar. Pero cuando permites que la duda te domine puede llegar a paralizarte.

Lo que a mí me ha servido para acallar a la impostora que llevo dentro es ignorar esa voz que me dice que no soy capaz y que soy un fraude. Y para esto ayuda el saber identificar esos pensamientos y ponerles freno e ignorarlos, centrarte en el trabajo que tienes entre manos y, así, ir restándole importancia. Otra cosa que me ha servido, y enlaza con el siguiente punto, es ponerme metas.

2 – Proponte metas a medio y largo plazo

Propositos para el nuevo curso, curso escolar, establecer metas, planificación, planificar tareas,

Toma un momento para anotar cuáles son tus metas, esto te servirá para saber a dónde ir y te ayudará a avanzar hacia algo. Si no estableces unas metas puedes perderte muy fácilmente y, además, sentir. que no estás haciendo nada. Sin embargo, teniendo metas fijadas, sabrás hacia dónde ir y darás los pasos en esa dirección.

Y cuando te mueves hacia una meta es fácil que vayas ganando confianza y seguridad. Personalmente, el haber establecido metas me ha ayudado mucho a crecer y evolucionar como ilustradora. Sí es cierto que algunas que he establecido eran poco realistas, pero con el tiempo he aprendido a fijar metas accesibles y a darme un tiempo razonable para ellas.

Ya sea que quieras publicar un libro, ganar X cantidad de dinero a final de mes ó vender más en tu tienda online, anota esas metas y date un plazo. Pasado ese tiempo, revisa tus metas y mira lo que has logrado y lo que no. Y cuando veas lo que has conseguido (y que además lo has obtenido con tu trabajo y no por un golpe de suerte) fijo que habrás conseguido ganar más confianza como artista y, además, tendrás el impulso para ser más constante.

3 – No compares tus comienzos con el momento que vive una persona consagrada

Las comparaciones son odiosas,

No, no lo hagas, simplemente no tiene sentido. Y además te hará sentir mal. Comparar una trayectoria de alguien que probablemente está comenzando con la de alguien ya asentado o cuyas circunstancias son completamente diferentes a las tuyas es como comparar vivir en Murcia con una receta de bizcocho de plátano.

¿Cuántos años ha estado practicando? ¿Cuál ha sido su formación? ¿Cómo ha sido su vida? ¿Ha tenido que trabajar de otra cosa mientras dibujaba o ha tenido un colchón económico que le ha permitido dedicar jornadas enteras a practicar y mejorar? ¿Es oro todo lo que reluce?.

Mejor compara tu trabajo de hace unos meses ó un año con tu trabajo actual. Te vas a dar cuenta de tu evolución y de todo lo que has crecido. El resultado: un subidón de motivación para seguir adelante y aumentar tu autoestima.

4 – Deja de procrastinar

Esto sé que no es fácil, yo soy la reina de la procrastinación. Me cuesta mucho no distraerme con, por ejemplo, mirar el móvil, observar a mis gatas, o ponerle nombre a una pelusa que hay en un rincón. Y, cuando le pones nombre a las pelusas, es grave y te lo tienes que hacer mirar.

Es importante tener en el foco las metas que te he comentado antes. Y ponerse a trabajar y a dibujar incluso sin ganas. Me pasa más de lo que me gustaría que a veces no encuentro ni la motivación ni las ganas, pero aún así procuro sentarme y ponerme a dibujar.

Si quieres llegar a algo dentro de la ilustración tienes que practicar, entre otras cosas. Coge el lápiz y, aunque lo que estés haciendo te parezca una castaña, continúa. Nadie puede llegar lejos en esto si se deja llevar por la falta de ganas.

5 – Ojo con los pensamientos negativos

Seguro que alguna vez has querido probar algo nuevo o te ha surgido la oportunidad de hacer algo que se sale de lo que habitualmente haces. Y es entonces cuando aparece esa voz en tu cabeza que te dice que a dónde vas, que no tienes experiencia en eso, que no vas a saber hacerlo bien…

Por favor, prueba a ignorar esa voz y lánzate a la piscina. ¿Que te piden participar en una exposición colectiva?, adelante. ¿Te contacta una cafetería para que pintes su cristalera?, a tope con eso. ¿Que te piden dibujar en directo?, dale duro. S

Alejar los pensamientos negativos que se nos enredan para ganar confianza como artista

No rechaces proyectos porque creas que no eres suficiente y que vas a hacerlo fatal. Recházalos por otros motivos (que no te paguen o paguen poco, ese es un buen motivo para decir que no) pero por eso no, por favor. Verás que si los aceptas vas a aprender un montón haciendo algo completamente diferente y te darás cuenta de lo que eres capaz.

6 – La vas a cagar mil veces y no pasa nada

Si yo te contara la de veces que la he cagado… Y aquí estoy, sigo viva, no se ha muerto nadie. Las cagadas, los errores, los fracasos… son parte del proceso creativo, y tener miedo a eso te va a frenar y será un lastre. Ese famoso refrán que dice que de los errores se aprende es 100% cierto.

Es inevitable tener miedo a errar, es algo que nos acompaña, pero no podemos permitir que nos domine. Y sabiendo que va a estar ahí, tendrás que aceptarlo como compañero de viaje. Aceptar que podemos cagarla hará que no te desanimes tanto por los errores y que puedas aprender de ellos para mejorar. Esta autocrítica más saludable te ayudará a crecer y a ganar más confianza como artista.

7 – Pide lo que te parezca justo por tu trabajo (y un poco más)

Una vez me dijeron esto:

Negocia como si realmente no te hiciera falta el encargo.

Y, la verdad, de los mejores consejos que me han dado. Sé que no es fácil porque entra en juego el factor del miedo a que te digan que no. Porque oye, si no empiezas a valoras tu trabajo, nadie más lo va a hacer.

Esto es un negocio, un trabajo como cualquier otro, para el que te has formado, has practicado, y que te lleva su tiempo y esfuerzo. Y negociar mejores condiciones y precio hará que te lo tomes en serio (y el cliente también). Cobrar lo que te parezca justo (y no migajas ni hacerlo gratis) te dará a entender que te lo mereces, que esto ya no es tu hobby sino tu trabajo real, y poco a poco te irás valorando más.

8 – Nunca dejes de aprender

En esta profesión siempre tenemos que estar aprendiendo, no sólo al principio sino constantemente. O te vas renovando o te quedas atrás. De todos modos, si tienes inquietudes, no te preocupes que por tu propia cuenta buscarás momentos para ese aprendizaje y lo harás casi sin esfuerzo.

Busca asistir a charlas y eventos, haz colegas en la profesión, realiza cursos online para aprender nuevas habilidades y materias quizá poco relacionadas a simple vista con la ilustración… Escribí sobre estudiar ilustración en España, y además de ciclos y grados, hablo de formación online. También sobre los que, a mi juicio, son los mejores cursos online para ilustradores, seguro que encuentras mínimo uno que quieras hacer. Y si no, indaga directamente en la web de Domestika y mira la oferta que tienen.

Un aprendizaje continuo se traduce en evolución artística, y eso siempre es positivo. Que tu trabajo mejore con el tiempo es garantía de mejorar tu confianza .

9 – Hazte el hábito de dibujar cada día (aunque sea un poco)

Reserva cada día un tiempo para dibujar. La mejora, como ya sabemos, llega con la práctica. No importa si son 3 horas como si son 30 minutos, hazlo todos los días (o la mayoría de los días a la semana) para crearte el hábito.

Obviamente, no vas a mejorar de la noche a la mañana, nadie lo hace: aprender requiere de tiempo. Por tanto, ármate de paciencia y procura crearte el hábito. Cuando veas que pasan los meses y comparas tus primeros trabajos con los actuales, te darás cuenta de lo que has conseguido mejorar.

Bonus Track – Nunca olvides tu por qué

Creo que nunca hay que perder el foco y es importante recordar de vez en cuando por qué empezaste, y esto me parece la clave de todo. Hay momentos en los que, por lo que sea, apetece rendirse. Ilustrar es un trabajo difícil, competitivo, con momentos de picos de trabajo y momentos de no tener nada, a veces mal valorado en lo económico, con clientes que se demoran en pagarte… Y con ese panorama dan ganas muchas veces de echar el currículum en el supermercado de tu barrio.

Y en esos momentos de bajona es cuando tienes que recordar tu por qué. Si hace falta, anótatelo y tenlo a mano para poder leerlo y recordarlo cuando aparezca una de esas crisis existenciales. En mi caso, ilustro porque no me veo haciendo otra cosa, porque ya he tenido trabajos presenciales con un horario fijo y eso me mata, porque aguantar a según qué compañeros de trabajo me agota y me carga. He aprendido que, para dedicarle prácticamente más de un tercio de las horas del día, debe ser un trabajo que me motive y me aporte algo, y un trabajo al uso nunca me ha dado eso.

Recordarte tu por qué te motivará a seguir adelante y a recuperar tu confianza de nuevo.

Si quieres guardar este post en Pinterest puedes utilizar esta imagen

Comparte:

3 comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Sobre mí

¡Hola!, me llamo Mar Villar y soy ilustradora. En este blog hablo sobre mis procesos de trabajo, sobre la profesión, doy tips, consejos y recomendaciones… Puedes leer más en la sección Sobre mí.

Entradas destacadas

Suscríbete a

La Cartita del Mes

Suscríbete y recibe mi newsletter cada mes con adelantos de mi trabajo, consejos de ilustración y unas cuantas recomendaciones.

P.D.: Sí, también hablo de mis becarias.

Entradas relacionadas

Mi balance del año 2019

Pues bien, después de una pausa en el blog de más de un mes, vengo a deciros que sigo viva. Estoy ahora mismo desbordada de